lunes, 24 de marzo de 2014

Llegada a la residencia

La residencia


Ahora tocaba entrar las maletas a la resi, que por poco no resulta misión imposible. Podría haber un caminito o algo así, pero NO, todo piedras y era imposible arrastrar la maleta.

Por ahí pretendían que llevase las maletas... ¡¡que lumbreras son estos Noruegos!!  



 Ese edificio amarillo es donde yo vivo. 


Hay dos edificios como ese en el campus. Hay también otro edificio que es el principal que es dónde hay una sala común, el comedor, la secretaría, y abajo en el sótano un bar.

Habitación


Me lleva a mi habitación y empiezan las sorpresas. ¡Tengo dos cuartos! Si, si, dos cuartos. Dos camas, dos escritorios, dos armarios, dos de todo. 

Desde mi cuarto accedo a un lavabo y a la ducha que comparto con un chico. Lo supe porque usa Palmolive MEN, así que no hay duda. El váter, tal y como me anunciaron, está fuera en el pasillo. Hay tres, y es raro porque cada váter tiene dentro el lavabo y un espejo. No entiendo porque no lo ponen mejor fuera. Mi cuarto en sí no está mal. Tengo mucho espacio evidentemente. Lo peor es que no tengo WiFi, solo en una esquinita, y para conectar el portátil se necesita un cable, que ya me lo he averiguado. Tampoco tengo perchas así que hasta que no baje a la ciudad tengo todos los pantalones y abrigos en medio. Y hace fresquito. Están los radiadores encendidos, pero el edificio es viejito y el calor se va por las ventanas, no aíslan nada.

Os pongo una foto de la famosa ducha, que se que es muy esperada. Por lo menos las mamparas no son transparentes.


Me enseñó todas las zonas comunes. Hay también una sauna con muy buena pinta. Algún día la usaré, digo yo.






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