lunes, 24 de marzo de 2014

Viaje a Oslo

El vuelo

El viaje fue bien, creo que era la única española del vuelo, todo el mundo tenía pinta de ser de Noruega. Desde el avión se veía que por muchas zonas aún queda nieve. El paisaje a vista de pájaro completamente diferente a lo que estamos acostumbrados. Conforme íbamos descendiendo se veían casas de colores, toda la vegetación eran pinos, y agua, mucha agua.





Al llegar a Oslo recogí mis maletas y me compre el ticket de tren (90 NOK) que te lleva a Oslo. Llamé a la persona de contacto que tenía para que me diese las llaves de la residencia. Evidentemente como iba tan cargada no podía venir en metro, así que cogí taxi.


El taxi

Vale, pues me toca un árabe, con mala pinta, pero el coche tenía todas las pegatinas y eso, vamos que se veía oficial. Por si acaso, le pregunté cuanto costaba que me llevase a Blindern (en googlemaps no está ni a 2 km) y me dice que entre 300 y 400 coronas. Menudo robo a mano armada. Eso es una barbaridad, como 40-50 euros para que nos entendamos. 

Total, que al final después de pensármelo me lié la manta a la cabeza y me monté. Porque ¿Qué iba a hacer si no? ¿cargar por las escaleras del metro con dos maletas de 40 kg más el mochilón? Pues no. Y nada más montarme me pregunta el taxista que si yo sé ir. Yo, ehn? Le digo que no y recé para que no me diera vueltas raras por ahí. Entonces se coloca unos auriculares y se pone a hablar en moro con alguien, se veía que le estaban dando como indicaciones de cómo llegar a Blindern porque el taxista no sabía. En fin, al final llegué sana y salva a la residencia y por un módico precio de 215 NOK.








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