viernes, 28 de marzo de 2014

La reina de la fiesta

Hace un par de semanas, tuvo lugar en mi residencia el que yo denomiraría que fue para ellos: "el evento del año".

Organizan una fiesta al semestre, y fue justo al día siguiente de que yo aterrizase en Oslo. No fui porque estaba cansada y al día siguiente ya había quedado tempranito para ir de turisteo. Por eso me quedé en la habitación para descansar. Ingenua de mí.

Os cuento en que consiste:

Hacen dos fiestas paralelas. Hay una cena de chicas en una sala y los chicos se reúnen en otro lugar de la residencia. Y luego a las 11 de la noche ya se unen en el bar y la fiesta dura dura y dura hasta las tantas.

Las chicas que organizan la cena son las de la foto. La tercera por la izquierda es la reina, y elige a cinco damas de honor que le ayudan con los preparativos. La que sale abajo en blanco y negro es la que sucesora al trono de la reina actual que es elegida por la reina de este año. Mortal. Parece una americanada, pero recordemos, estamos en Noruega.



El bar dónde terminan juntándose y tiene lugar la famosa fiesta, se llama Billa Bar y está en el sótano. Desde mi habitación se oía absolutamente todo porque estoy en la primera planta. 

Bueno, este es el aspecto que presenta el bar por las mañanas:

NOTA IMPORTANTE: Esta foto ha sido tomada en un fin de semana normal, no el día después de la famosa fiesta. No me quiero ni imaginar como terminaría ese día.



Luego, a las tres o las cuatro de la mañana, la fiesta la trasladaron a las habitaciones. La música exageradamente alta, parecía que la discoteca estaba en mi habitación, las paredes, el suelo, el techo, todo retumbaba. Voces, gritos, más gritos, carreras por los pasillos en monopatín, portazos, risas, golpes, más gritos, más voces. 

Desesperada no sabía ya que hacer, incluso fabriqué con discos desmaquillantes unos tapones para los oídos, pero os adelanto que no funciona. Así que sólo dormí solo una hora y media. Al día siguiente, con unas ojeras que me llegaban hasta el suelo y mi ibuprofeno en mano porque la cabeza me iba a estallar, me fui de turismo.


Et voilà. Aquí os enseño el famoso patinete nocturno que cualquier día lo tiro por la ventana:


Y mi mejor inversión desde que estoy aquí: unos tapones para los oídos.  

Sí, y digo invesión porque cuestan una pasta. Son los típicos que regalan en todos lados. ¿Veis lo malillos que son? Que no son de los de silicona (el precio de esos era el doble). Son unos trocitos de corchopán y ya está. 

Vale, pues 39 NOK (casi 5 euros). 









15 comentarios:

  1. Abuelaaaaaa!!! Tú no has sido erasmus ni has sido ná! :D

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    1. Maytechuuu, que de mi Erasmus hace ya cinco años!!

      Esto me pilla en esa época y hubiera sido yo la reina de la fiesta. Lo sabes

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  2. Muy buena la entrada. Disfruta mujer! ;)

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  3. Jajaja y parecía que los noruegos eran aburridos…

    Pues dado que al final apenas pudiste dormir, ¡yo me hubiese sumado a la fiesta y arrebatado la posición de "reina" a la nórdica! jaja :)

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  4. ayyy la pobre!!! tia cuando esos tapones se te queden ya chuchurrios prueba los de cera si no son muy caros. se adaptan perfectamente como un "molde" a la forma del oido :)

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  5. Merche ya sabeess si no puedes vencer.....unete a ellos!!! besotes de marta, fer y julio

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  6. Pues para ser de Ciencias las Letras no se te dan nada mal.
    Estupendo texto y sobre todo perfectamente documentado con fotografías. Vas a tener que pedir prórroga de beca a petición de tus seguidores entre los que me cuento.
    Gracias por tus crónicas y un beso de un rendido admirador.

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  7. Guapísima, espero que siendo anónimo te llegue mi mensje, Ya sabes que no tengo cuenta en ningun sitio.

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    1. Bien!!!!!! por fin. Me ha ayudado Edu. Que ya sabes que me encanta tu Blog que me gusta mucho y las sorpresitas de hoy estupendas.

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